Por Enrique Hidalgo Mellanes
La edición príncipe de la Antología del Centenario se publicó en 1910,primer tomo, y en 1911, el segundo, a instancias de Justo Sierra y realizada por Luis G. Urbina, Pedro Henriquez Ureña y Nicolás Rangel. La Antología es un estudio documentado de la literatura mexicana durante el primer siglo de Independencia. Con un prologo de José Luis Martínez, la Secretaría de Educación Público en 1985, editó una edición facsimilar de este repaso literario de nuestro país.
Cito a José Luis Martínez. “ Cuando , hacia 10907 0 1908 , se trato de la posible colaboración , en materia de publicaciones, de la Secretaría de Instrucción Pública a las fiestas del Centenario, la idea de realizar una gran antología con estudios críticos, de la literatura mexicana durante el primer siglo independiente, pudo surgir probablemente del mismo Justo Sierra (1848- 1912) . El proyecto ya estructurado debió ser obra de Luis G. Urbina (1854- 1934) y de Pedro Henriquez Ureña (1884- 1946). Viéndolo congruente, Sierra lo aprobó, dispuso los recursos necesarios, lo supervisó y, cuando fue oportuno, escribió para la obra el espléndido Pórtico con que se abre”.
Agrega Martínez “Considerando la inconveniencia de contar con otro colaborador, informado en materias histórica y política, se pensó en Nicolás Rangel (1864_ 1935), que, aunque ya maduro, se iniciaba entonces en las tareas históricas y estaba, a la razón, encargado del Boletín de la Biblioteca Nacional. Sus obras más importantes, las investigaciones acerca de Juan Ruiz de Alarcón y José maría Heredia, y su Historia del toreo en México, época colonial (1924) son posteriores”.
En la nota de apertura , Justo Sierra manifiesta que los autores de la Antología del Centenario han desterrado muchas memoras sumidas en el polvo secular como en un sepulcro, han hurgado muchos papeles vetustos, han removido, aunque con manos pías de poetas y literato, muchas cenizas, y rastreado muchas anécdotas reveladoras, a la vera de vidas próceres Esta devoción por su obra, este aquerenciamiento con los archivos que custodian – disecados entre las hojas de su legajos, pero aún perfumada de emoción y de malicia, la primer flor de la poesía puramente nacional- . Son la mejor recomendación del florilegio que los autores me encargan depositar en la grada mas humilde del artar de la Patria : elaborado con las risas candorosas de un pueblo que despertaba a la libertad y a la vida, con los trágicos afanes de los que golpeaban el bronce de las liras en horas de implacables luchas y con ensoñaciones casi nunca realizaban, cas nunca abandonadas, tal es el libro en sus kilates mas subidos. Es una obra buena y perdurable.
En el primer tomo se dan lecturas a los textos literarios de fray Manuel de Navarrete, José Manuel Sartorio, José Agustín de Castro, Anastasio de Ochoa, José Mariano Beristain de Sousa, Austin Pomposo Fernández de San Salvador, fray Diego Miguel Bringas y Encinas, Francisco Severo Maldonado, José María Cos, Andrés Quintana Roo, Juan Wenceslao Barquera, Luis de Mendizábal y Joaquín Fernández de Lizardi.
El segundo volumen lo integran selecciones de las obras de fray Servando Teresa de Mier, Manuel de Larzizabal y Uribe, José Miguel Gurdi Alcocer, Francisco Manuel Sánchez de Tagle y Francisco ortega
Sobre el inicio de la independencia de México, Luis G. Urbina así lo sintetiza “En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, un viejo cura, astuto y enérgico, rompió el silencio de la conspiración, preñado de pequeños rumores. Fue un acto violento, precipitado, sin plan, sin calculo, fue un acto de decisión, de heroísmo, de sacrificio, un acto supremo de fe en la patria que venía.”
A cien años de la edición príncipe de la Antología del Centenario y bajo otros criterios posiblemente pensemos en incluir a otros poetas, narradores y dramaturgos. ¿Quiénes podrían ser agregados? Eso ya dependerán de los antologadores o compiladores.. Cada persona tiene diferentes perspectivas y teorías que pueden incluir a unos y excluir a otros.